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domingo, 18 de noviembre de 2012


Holly puso su mano en la barriga hinchada de Sharon y notó la
patadita. Los ojos se le llenaron de lágrimas.

-Oh, Sharon, si cada minuto de mi vida estuviera lleno de momentos
perfectos como éste, nunca más volvería a quejarme.

-Pero, Holly, nadie tiene la vida llena de momentos perfectos.Y
si fuera así, dejarían de ser perfectos. Serían normales. ¿Cómo conocerías
la felicidad si nunca experimentaras bajones?

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