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jueves, 19 de abril de 2012

La sensación de que algo va a salir mal, realmente horrible. Te comes la cabeza pensado en que hacer para que no salga mal, te obsesionas, minutos antes te comen los nervios, estas confusa, agobiada. Y finalmente, llega la realidad, si, ha salido jodidamente mal, intentas buscar motivos, razones, quizás consuelos, te hechas la culpa de todo como siempre. Y no te paras a pensar en que quizás el destino lo ha querido así, quien sabe, igual es lo mejor, o no.

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