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jueves, 13 de diciembre de 2012

¿Sabes? El otro día me di cuenta de que ya no recuerdo tu risa, cómo era tu tacto, si tus ojos eran grises verdosos o verdes grisáceos. Me acuerdo de cómo me llamabas, pero no de cómo te llamaba yo a ti. Sé la sensación que me quedaba tras que tu olor se quedara impregnado en mi piel pero no a que se parecía. Recuerdo el dolor, el sentir como me desgarraba por dentro, cómo las lágrimas se quedaban cortas para expulsar lo que sentí ese 26 de junio. Y aunque eso es algo que me encantaría olvidar -ya que aún hoy tengo esa sensación al recordarlo-, también me acuerdo de cómo se ruborizaban mis mejillas cuando me decías princesita o cada vez que me llegaba un mensaje tuyo..

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